¿Por qué se celebran Las Candelas en La Puebla de los Infantes?

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La celebración de la fiesta de la Candelaria lleva realizándose en La Puebla de los Infantes desde tiempos inmemorables. Aunque su origen es religioso, según los estudios antropológicos, hoy en día se entiende como la celebración del final de la cosecha, donde las familias y amigos se reúnen por un lado para hacer acopio de troncos y ramones de olivo resultantes de la poda; por otra para confeccionar los “muñecos” y otros elementos escenográficos que coronarán la candela, y que serán consumidos igualmente por el fuego. Hasta hace poco, eran los chavales quienes, realizaban el “acarreo de la leña”, que iban almacenando en algún lugar cercano donde después ardería la candela. Los críos competían no solo por conseguir el mayor volumen de leña, sino también por salvaguardarla lo mejor posible, para lo cual no dudaban en apilar la leña en forma de “cabaña”, turnándose para protegerla de los furtivos hurtos por parte de otras cuadrillas de chavales de barrios cercanos y enemigos. Las escaramuzas para hacerse con un botín de buenos troncos constituía la diversión de la chavalería.
Aun cuando todavía hoy, muchos jóvenes se dan cita para “acarrear” la leña -atando los troncos y ramones a un “soguijo” (soga menor) para tirar de ellos arrastrándolos-, la mayor parte de la leña se trae en remolques. Los vecinos de la Puebla consideran que hay que saber hacer bien el boliche para que la candela esté oxigenada y que, por lo tanto, arda convenientemente.
La confección de los “muñecos” y en general la particular escenografía que adornará la candela corre generalmente a cargo de las mujeres. Son ellas las que se reúnen en casa de alguna vecina para confeccionar los muñecos, rellenando de paja o trapos, los diferentes personajes, cosiéndolos y ajustándoles ropas viejas, y recreando con utensilios domésticos las diferentes escenas. En los preparativos, no tardan en aparecer, cuando se resalta alguna parte del personaje masculino con abundante trapo. La mujeres son también las que durante la fiesta se encargarán de freír las “sopaipas” y hacer el chocolate.
Ese sábado, la tradición manda que familiares y amigos visiten las candelas de todas las calles para sorprenderse, tanto con el tamaño del boliche o candela como con los muñecos, mientras los vecinos invitan a una tapa y una cerveza o “sapaipas” y chocolate, en función de la hora. A las calles se sacan mesas y sillas, bebidas, hornillas para asar chorizo o carne. Por la tarde el calor festivo va en aumento y la alegría se hace visible y audible en las “sandingas”, unas coplas burlescas, y en muchos casos obscenas, con las que especialmente las mujeres gustan de criticar a la suegra, a otras mozas rivales, pero sobre todo a los hombres, mientras alguno de ellos las acompaña con guitarras o bandurrias.
Ya bien entrada la noche, las mujeres empezarán a freír las “sopaipas” en una sartén y servirán el chocolate a los invitados.
La concepción de que el desarrollo del municipio no se podía seguir sosteniendo con la agricultura y la ganadería, la constante emigración de los jóvenes a zonas turísticas para trabajar, la escasez de trabajo y la dureza del trabajo del campo, sentó la concepción de que se debían aprovechar los recursos naturales y culturales de municipio, como incentivo para diversificar la economía del municipio.
La unión de la fiesta de las Candelas a la feria del Paramotor en el año 1996, impulsada por el alcalde Manuel Castro Barco y sus concejales más allegados Pedro García Medina y Antonio Agredano Silva, junto con el organizador de esta Feria del Paramotor, Paco Burgos, fue uno de los primeros pasos que se dieron en este sentido, provocando que, esta fiesta adquiera reconocimiento mundial, y que, por consiguiente, el nombre de La Puebla de los Infantes vuele en paramotor a todos los lugares del planeta.
Pero. sin duda, todo ello no habría sido posible sin la calidez de las gentes de la Puebla, quienes han acogido año tras año a cuantos visitantes han querido conocer de primera mano, la belleza paisajística del entorno y la riqueza cultural de un pequeño pueblo rural de la Sierra Norte de Sevilla.
Este año celebramos el XX aniversario de la simbiosis entre Candelaria y Feria del Paramotor, por ello, el pasado 21 de Enero el Teniente de Alcalde Antonio Muñoz y el concejal de Turismo Miguel Martínez, se trasladan hasta la Feria Internacional de Turismo ( FITUR) para fomentar el turismo en nuestra localidad y en especial la XX Concentración de Paramotores y una de las fiestas más atractivas de la localidad, las candelas.
El acto fué presentado por Paco Burgos, presidente del Club de Paramotores «Las Candelas» y con las intervenciones del concejal de turismo del Ayuntamiento, el presidente de la RFAE Manuel Roca y el Consejero de Turismo y Deporte Javier Fernández el cual destacó la «ilusión y voluntad de trabajo» de las distintas ADMINISTRACIONES y entidades públicas y privadas implicadas.
El Ayuntamiento valora la presencia del Consejero de Turismo Andaluz, «vendiendo» nuestro municipio como reclamo turístico con propuestas «sostenibles» y «vinculadas al deporte».

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(Vídeo propiedad de Reportarte. Visítales en Youtube)